Proyecto «Iglesia en diálogo». Debate y diálogo.
En ocasiones, nos encontramos entre los compañeros del claustro o con amigos de la vida, con quienes entablamos conversaciones sobre todo aquello que nos preocupa, y entre los temas, casi siempre están presentes las conversaciones sobre la Iglesia y sobre todo, sugerencias hacia Ella que muchas veces no sabemos cómo canalizar, cómo hacer llegar a oídos de los pastores aquello que a los nuestros les preocupa.
Por eso, os ofrecemos desde EL SOV, este proyecto del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal Española, y que continúa en la línea del camino formativo que hemos emprendido durante este curso, para preparar el Sínodo de los Obispos que tendrá lugar, Dios mediante, en el próximo mes de octubre en Roma.
Esta iniciativa responde a aquellas palabras del Papa Francisco cuando se dirigía a todos los jóvenes del mundo y nos decía que este Sínodo es para todos, también para aquellos que no frecuenta la Iglesia de manera asidua, o incluso están alejados o se sienten ateos o agnósticos.
“IGLESIA EN DIÁLOGO” pretende ser el espacio que promueva el debate y el diálogo con otros jóvenes que quieran y puedan hacer sugerencias a la Iglesia o incluso, que necesiten que Ella les escuche y les tenga en cuenta lo que piensan. Al Santo Padre, esto le preocupa y le interesa sobremanera.
Te invitamos a que lo difundas, a que invites de manera personal, del Tú a Tú a aquellos que les pueda interesar establecer diálogo y poder expresar sus inquietudes con toda libertad y sin miedo a los “adoctrianmientos”. Será en un lugar público para facilitar la comodidad para todos. Este lugar son los Salones Municipales de EL CLAUSTRO, y los días que hemos escogido son 8 de febrero, 17 de abril y 14 de junio de 2018, a las 20’00h
Tres encuentros moderados por jóvenes y para los jóvenes entre 16 y 35 años que tengan algo que decir a la Iglesia en un tiempo, y como siempre, en el que la Iglesia está abierta al diálogo y a la escucha de todas las sugerencias que a todos nos puedan ayudar a sabernos hijos de Dios y a reconocernos hermanos unos de otros, empeñados en hacer de este mundo el Reino de los Cielos.
Contamos con tu presencia y con tu ayuda en la difusión y en la promoción de este proyecto que sin duda, y con la ayuda de Dios, llegará a buen puerto y darás los frutos que el Papa espera que tenga.